Gracias por compartir conmigo esta nueva aventura en la que ahora me embarco. Gracias por compartir conmigo la afición por los cuentos y por la fantasía. Gracias por compartir conmigo todas estas historias que ahora os ofrezco y que forman ya irremediablemente parte de mi vida. Las habrá cortas y largas, de amores imposibles, de situaciones cotidianas, de enredos y traiciones… Las habrá en verso, porque la poesía también puede ser divertida. Las habrá en prosa, como también han de ser contados los cuentos. No pretendo nada al mostrároslas, y mucho menos enseñar nada sobre motivos ni valores, solo intentar que paséis un buen rato mientras las leéis, y si os gustan, tal vez sirvan como excusa para que disfrutéis de ellas junto a los pequeños de la casa.

(c) Magdalena Rodríguez

martes, 7 de agosto de 2012

Un amor en el Cielo


El Sol busca novia porque muy solo se siente,
busca alguien que le ame, le comprenda y le consuele.
Busca cariño, amor, y comprensión,
pero lo único que tiene, es muchísimo calor.












La luna suspira por que quiere encontrar,
alguien que le ame y a quien poder amar.


Sueña espiando a los amores humanos, y se imagina paseando con su esposo de la mano.
Un precioso día cuando llegaba el verano, el sol está resplandeciente, bien enorme y bien dorado.

Anda con porte tranquilo paseando allá en el cielo,
y de repente se queda, asombrado y boquiabierto.

Porque allí a lo lejos, allí en la serranía, ha visto a su luna amada, ha visto la luna tardía.

Solo con verla un instante ya se nos ha enamorado,
y solo suspira y suspira por poder estar a su lado.

Ya no quiere irse del cielo, de ese cielo ya estrellado,
y las estrellas le cantan, todas le cantan su canto.

“Rey de las mañanas no te esfuerces tanto,
que aunque tú no quieras ya te estás marchando.

Márchate tranquilo que te prometemos,
que a la bella luna tu mensaje daremos.

Y para que sepas lo que ella opina
una de nosotras brillará de día.

Será tan brillante y tan resplandeciente,
que parecerá  una llama ardiente”.


A la mañana siguiente el sol sale presto,
y busca en el cielo con su porte apuesto.

Dime linda estrella, lucero del alba,
dime que te ha dicho mi luna, mi amada.

Tranquilo Astro Rey, no sufras ni temas,
que la bella luna  te quiere de veras.

Desde hace tiempo te ve en la distancia,
y ya desde entonces suspira tu amada.

Que nunca pensó ni en su mejor sueño,
ser merecedora de tan alto dueño.

Aquí queda sellada esta bella historia,
de un amor imposible y sin trayectoria.

Cuando uno sale la otra se duerme,
cuando una levanta el otro  adormece.

Las nubes son testigos de esta tesitura,
y un día deciden actuar con premura.

El sol esta muy triste, menuda postura,
y las nubes sonríen tramando su aventura.

Cuanto el sol mas suspira mas se ríen ellas,
y siguen trabajando en su ardua tarea.

Ha llegado el momento, ¡ya todo está listo!,
y se acercan al sol con aire distraído.

Cuando menos lo espera, las nubes salen al paso
 y entre sus brazos llevan  a una reina de raso.




Es la luna llena que alegre y expuesta,
llevan a su amado, toda ella dispuesta.

Las nubes en su empeño de hacerles felices,
quieren que se abracen y que coman perdices.

Y acompañan a la novia como damas de honor,
a visitar al novio que está henchido de amor.

Paso a paso y poco a poco, van llegando a su destino,
 ya casi puede tocarle, ya casi siente su abrigo.

Y poco a poco se funden en un merecido abrazo,
mientras la oscuridad acecha, hoy ya, sin descanso.

¿Es de día o es de noche?, ¿Qué es lo que está pasando?
 que en cielo el sol no brilla, pero hora no es de descanso.

¡Que nadie ya se preocupe, que nada malo acontece,
 que en cielo y en la tierra este amor ya prevalece!.

Que la luna se ha fundido en un abrazo de amante,
y junto a su esposo celebran una gran  fiesta triunfante.


Que ya ni blanco ni negro, que ya ni pequeño ni grande,
que el amor ya no conoce ni barreras ni desplantes.

Y cuando la fiesta termine y se vuelvan para casa,
 ambos se seguirán amando a pesar de la distancia.

Y cuando llegue la hora de abrazarse de nuevo,
lo harán aún con más ganas, con amor y con sosiego.

Y un nuevo Eclipse de sol veremos allá en el cielo,
y las nubes juguetonas veremos negras de nuevo.

Y continúa esta historia, ¡que ya llega la cigüeña! ,
¡que hasta en los telediarios ha salido la reseña!

Que allá en el negro cielo, se ha visto una nueva estrella,
 una hermosa y bien brillante, sin dudarlo la más bella.

Unos dicen que la estrella es igualita a su padre,
y otros dicen que ella brilla como lo hace su madre.

Y yo digo con premura que mejor que el parecido,
es fijarse en sus hechuras, que al andar hacen ruido.


Que feliz que el cielo luce, sea de día o sea de noche,
que este amor no tiene límites, ni tampoco los conoce.

Que vivan el sol y la luna, y que vivan por mucho tiempo,
que gracias a sus amores, ¡Ahí que bonito esta el cielo!


Magdalena Rodríguez

2 comentarios:

  1. Me encanta! Se lo contaré a los peques! Magdalena, eres genial, te admiro!!! Besitos princesa! :)

    ResponderEliminar
  2. Precioso!!! me ha encantado, No conocía esta faceta tuya y me ha sorprendido bastante, pero a partir de ahora tienes una seguidora que esperará ansiosa tus entradas.
    Besos guapa.

    ResponderEliminar